Una Navidad en la mezquita (Concurso literario)


Estambul 1996, camina con Levis y la melena el viento, ya lleva 5 meses en aquel lugar sin pararse mucho a pensar en las cosas, se deja llevar por los olores, los pescados a la brasa en la orilla del Bósforo y las costumbres, lo que le hizo recordar que la Navidad llegaba, la Navidad era hoy. Pero sin familia era mejor quedarse allí, no pudo evitar recordar los momentos cortando turrón y comiendo jamón. 

No era devota pero si creía, creía en las miradas, en las palabras, en las personas, pero de vez en cuando rezaba, rezaba porque se sabía el padrenuestro y el avemaría, rezaba porque su abuela lo hacía, su madre se lo enseñó y le producía sosiego, era el mantra casero que hacía meses que no practicaba. 
No creyó que hubiera un día mejor para hacerlo que el día  de Navidad, así que caminó decidida durante un buen tiempo buscando una iglesia, pero aquello no es como ahora, entonces era un país con las iglesias puestas en segunda línea y cerradas.
  
Se sintió exiliada, sola, como una niña sin padres, en ese momento escuchó la llamada a la oración musulmana y sin dudarlo, se cubrió el cabello y la mitad del rostro y se dirigió aún más decidida que antes a la mezquita más cercana, ella iba a celebrar su Navidad.

Se quitó los zapatos y entró en la sala principal, se detuvo y miró al suelo sintiendo la alfombra en la planta de sus pies, los arrugó y estiro varias veces, alzó la vista y se vio rodeada de hombres, la mirada de uno de ellos se le quedó clavada como una lanza en el pecho, parecía saber que no era musulmana. Aun así, agachó la cabeza y se sentó en una esquina en la zona de las mujeres, iba a celebrar su Navidad.  Y cerró los ojos, decidió no pensar en si podía hacerlo o no, al fin y al cabo Alá, Dios, para ella eran la misma persona.  

Arrodillada se trasporto a su país, a su casa, al olor de sus calles, al cochino en el horno, el jaleo de su barrio. Se trasportó hasta que aquello terminó. A la salida un hombre le miró fijamente, era el mismo que le miró cuando entró en la mezquita, el mismo al que le siguió los pasos durante el rezo desde lejos. Ahora parecía algo más joven, tendría la misma edad que ella, tenía una mirada despierta, desprendía ganas de vivir y a pesar de la chilaba parecía realmente moderno. 

- ¿Qué hacías dentro?
- Rezar. - Contestó sobresaltada por la pregunta.-
- ¿Eres musulmana? -Parecía que había olido su piel de perfume a España.-
- No, me sentía sola, en mi país es Navidad, necesitaba rezar y en Estambul. -Cogió aire y esputó toda su rabia- ¡En Estambul todas las iglesias están cerradas, no nos informan de dónde están, y Alá y Dios son la misma cosa, así que puedo hacerlo! 

Cuando terminó la frase deseó no haberlo hecho, no en ese tono, estaba pareciendo una niña mimada, no era su país, no le conocía de nada y sintió que debería haber pensado más su respuesta, pensó que quería estar en España y salir de aquel momento. Pero el hombre no se inmutó. 

- Si no eres musulmana, no deberías estar dentro. 
- Lo sé.. – Musitó más tranquila y algo avergonzada.-

El joven hizo una mueca con la boca queriendo parecerse a una sonrisa, lo que la tranquilizó.
- Una mujer no debería estar  sola, menos aún si es un día de fiesta para ella, aquí celebramos otras fechas, vente te enseñare un lugar que creo que te vendrá bien hoy.

Le tendió la mano y ella dudó... Pero le miró y la atrapó, tampoco conocía bien las entrañas de Estambul, y algo dentro de ella le empujaba a seguir los pasos de aquel joven, ese día se fio.

Durante horas descubrió un Estambul real, capillas para cristianos, licorerías, tiendas de buen queso y sobre todo, descubrió otra Navidad fuera de estigmas.

Al día siguiente, desde la cama, escuchó la primera llamada a  la oración del día, viendo el primer rayo de sol pensó en aquel joven, cerró los ojos de nuevo y le volvieron a envolver los olores de las especias y del té.

Su primera Navidad entre mezquitas fue maravillosa, descubrió un Estambul que no le volvería a dejar sola. Ella celebró su Navidad.



                                                                                                                                               Lucía Chantal

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